Familia Flores: tres generaciones de panaderos

Ser panadero es uno de los oficios más antiguos en la historia de la humanidad, ya que se relaciona con el trigo, uno de los granos base para la alimentación humana.

Por más de cuatro décadas, la familia Flores ha realizado esta labor en la panadería "Don Raúl", ubicada en la ciudad de Puebla.

Esta exposición es un reconocimiento a todos los trabajadores que amasan los ingredientes y, con la ayuda del horno, elaboran una gran variedad de panes en este negocio familiar que, con cariño y esmero, cuidan para futuras generaciones, ya que los niños juegan un papel fundamental.

Desde hace siglos, el oficio de panadero se aprende desde la infancia. Los niños ayudan en las tareas más sencillas para, después, acercarse lúdicamente a los ingredientes, familiarizarse con ellos, con sus texturas, sus consistencias y sus temperaturas. Poco a poco van experimentando al poder revolverlos para obtener la masa.

Ningún aprendizaje es tan efectivo que el que se realiza a través del juego: sentir la masa como si fuera una plastilina para darle la forma de un pan.

Los mayores van guiando amorosamente este camino que nunca termina una vez que se comienza. El contacto con la masa y la elaboración de los diferentes tipos de pan se vuelve natural, como si fuera parte de un juego.

Como un pequeño alquimista, el niño-panadero seguirá aprendiendo a lo largo de los años, desde ayudante, pasando a oficial, hasta volverse un hábil maestro panadero, que con su paciente trabajo, continúa forjando el prestigio de la gastronomía poblana.

Experimentando con la masa, Carlos Daniel aprende a darle forma a estas pequeñas roscas de reyes, uno de los panes de temporada más populares en todo México.

Tercera generación en el negocio familiar: Santiago, de tan solo 2 años de edad, aprende de manera lúdica a palotear la masa, mientras Carlos Daniel lo acompaña en esta prueba de destreza.

Elaborando hojaldras, el pan por excelencia para la festividad de muertos. Este es un pretexto para que, desde pequeño, un panadero aprenda el arte de amasar.

El pan con ajonjolí y queso es uno de los muchos que se pueden encontrar en la panadería "Don Raúl". Este se elabora con manteca y se rellena de queso para ofrecer un sabor diferente.

Jugando a ser panadero, Santiago también experimenta en la elaboración de pequeñas hojaldras para la temporada de Día de muertos.

Entre los panes que aprenden a hacer está el ombligo o bísquet, pan de dulce y sal que ha encontrado buena acogida entre los consumidores.

Reja, un clásico de la panadería poblana, se ha elaborado durante décadas en la panadería "Don Raúl" y los mayores lo recuerdan como uno de los favoritos.