Hasta que la muerte nos separe
Descubre la legendaria historia de amor entre Inés de Castro y Pedro I de Portugal
Había una vez…
La legendaria historia de amor entre el infante Pedro e Inés de Castro (dama de compañía de su esposa, Constanza Manuel) ha sido inspiradora para muchos artistas, por lo que dejó una huella permanente en la historia y el patrimonio de Portugal.Las tumbas de la pareja se encuentran en el Monasterio de Alcobaça, y sus magníficos relieves esculpidos son considerados obras maestras de la escultura gótica portuguesa.
Pedro I, hijo del rey Alfonso IV y la reina Beatriz de Castela, fue rey de Portugal desde 1357 hasta su muerte en 1367.
Inés de Castro era una mujer noble gallega, hija de Pedro Fernández de Castro, un noble gallego, y Aldonza Lorenzo de Valladares, una noble portuguesa.
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Inés viajó a Portugal en 1340 como dama de Constanza Manuel, quien recién se había casado con Pedro, heredero del trono de Portugal.
Inés y Pedro se enamoraron de inmediato y comenzaron una relación amorosa clandestina que terminaría de manera trágica. El rey Alfonso IV, padre de Pedro, temía que la influencia de Inés en el príncipe pusiera en riesgo las relaciones entre Portugal y el reino de Castilla, por lo que expulsó a Inés de la corte en 1344.
Aquí se ven los jardines de la "Quinta das Lágrimas" en Coimbra, donde la pareja se encontraba en secreto.
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l año siguiente, después de la muerte de Constanza, Pedro volvió a aceptar a Inés en la corte, oponiéndose a la voluntad de su padre. Además, como se negaba a casarse con otra noble elegida por el rey, decidió vivir con ella, con quien tuvo cuatro hijos.
Alfonso IV, que temía cada vez más las posibles consecuencias de la relación en el futuro del reino de Portugal, ordenó el asesinato de Inés. Inés fue ejecutada en Coimbra y enterrada en el Monasterio de Santa Clara, que en la actualidad es conocido como Monasterio de Santa Clara-a-Velha.
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Cuenta la leyenda que todavía está la mancha de sangre de Inés en el fondo de piedra de la "Fonte Das Lágrimas" ("Fuente de las Lágrimas"), lugar en el que murió. También hay quien dice que aún se puede oír su llanto en la Quinta das Lágrimas, donde busca eternamente a Pedro, su amor perdido.
La reina póstuma
Cuando Pedro I ascendió al trono en 1357, ejecutó con sus propias manos a dos de los asesinos de Inés. También afirmó que se había casado en secreto con ella, por lo que ordenó que se la enterrara junto a él, en la iglesia del Monasterio de Alcobaça, y encargó la construcción de las tumbas. En 1362, el cuerpo de Inés fue exhumado y transportado en un cortejo fúnebre desde Coimbra hasta Alcobaça, donde fue coronada reina y enterrada para que por fin pudiera descansar en paz.
Tomb of D. Inês de CastroAlcobaça Monastery
La tumba de Inés de Castro reposa sobre seis figuras híbridas con rostros humanos y cuerpos de bestias.
Tomb of D. Inês de CastroAlcobaça Monastery
Los lados de la tumba están completamente decorados con escenas del Nuevo Testamento, que culminan en el lado de la cabeza con una ilustración de la crucifixión.
Tomb of D. Inês de CastroAlcobaça Monastery
Tomb of D. Inês de CastroAlcobaça Monastery
En el extremo de los pies, hay una representación del juicio final en tres registros, en torno a una sinuosa línea que comienza en la boca del leviatán.
Un majestuoso Cristo preside la corte divina. También puede verse a la Virgen María, arrodillada y rodeada de ángeles y apóstoles ante el milagro de la resurrección.
(14th century)Alcobaça Monastery
El cuerpo recostado de Inés de Castro lleva una corona. Cuatro ángeles sostienen su cabeza y su manto, acompañados de otros dos con incensarios.
Tomb of D. Pedro IAlcobaça Monastery
Los lados de la tumba de Pedro están decorados con escenas de la vida de San Bartolomé.
Tomb of D. Pedro IAlcobaça Monastery
En el extremo de la cabeza, se encuentra el elemento más llamativo de la tumba: la rueda de la vida. Esta roseta está formada por dos círculos concéntricos con dieciocho escenas esculturales en relieve. El círculo interior representa la rueda de la fortuna, mientras que el exterior corresponde a la rueda de la vida.
De izquierda a derecha, en dirección ascendente, se ilustran escenas de momentos alegres; la tragedia está representada del otro lado, en dirección descendente. Allí se destaca una imagen del rey Pedro envuelto en su mortaja junto a otra imagen suya en toda su gloria como concepto opuesto. También se incluye una descripción bajo la recostada figura de Pedro que reza "Aquí termina el mundo".
Tomb of D. Pedro IAlcobaça Monastery
El extremo de los pies ilustra representaciones de los ritos finales de la muerte digna: el viático y la extremaunción.
Tomb of D. Pedro IAlcobaça Monastery
La figura de Pedro tiene corona y empuña una espada. Además, está rodeada de cuatro ángeles que sostienen su cabeza y sus hombros, seguidos de dos ángeles con incensarios.
A sus pies, hay un perro recostado de manera perpendicular.
Tomb of D. Pedro IAlcobaça Monastery
Un friso heráldico con los escudos de Portugal es el toque final de la parte superior de la tumba, que reposa sobre seis leones.
"Até o fim do mundo…"
Las tumbas de Inés de Castro y Pedro I se encuentran en la iglesia del monasterio, adonde fueron transferidas en 1957. Los ataúdes se encuentran enfrentados, ya que, según la leyenda, Inés y Pedro podrán verse cuando se levanten de sus tumbas durante el último juicio. Las palabras sobre el mármol rezan "Até o fim do mundo…" ("Hasta el fin de los días…").
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Texto: Wikipedia; Monasterio de Alcobaça
Mural de arte callejero: Galeria de Arte Urbana
