Mit dem schwarzen Bogen (Con arco negro) (1912) de Kandinsky, VassilyCentre Pompidou
Mit dem schwarzen Bogen
Vassily Kandinsky, 1912
En el otoño de 1912, coincidiendo con su etapa en Múnich, Kandinsky creó Mit dem schwarzen Bogen (Cuadro con arco negro), una pintura al óleo abstracta que representaba su búsqueda de una composición autónoma y completa, apartada del mundo figurativo.
Tres bloques de colores (el azul, el morado y el rojo) aparecen dispuestos en triángulo, como si fueran a chocar unos contra otros. No es casualidad que se utilicen esos tres colores: al mezclar el rojo con el azul, se obtiene el morado.
Se sostienen por una línea negra arqueada, que recuerda a un elemento concreto de los arneses de los caballos: el "duga" o arco.
La sensación general de movimiento se ve reforzada por la presencia de líneas negras trazadas en todas direcciones.
Como de costumbre, en este cuadro Kandinsky también rompe la conexión entre la composición y el medio. Para ello, reduce la esquina superior izquierda con una especie de acento circunflejo.
La obra está inspirada en el principio de disonancia que Kandinsky descubrió en la composición musical de Arnold Schönberg.
Carta a Schönberg, 18 de enero de 1911
"Pienso que la armonía en nuestros días no hay que buscarla por la vía de lo 'geométrico', sino por lo directamente antigeométrico, ilógico.
Y este es el camino de las 'disonancias en el arte', tanto en la pintura como en la música. Pues la disonancia 'actual' de la pintura y la música no es otra cosa que la consonancia del 'mañana'". Carta a Schönberg, 18 de enero de 1911
Kandinsky creía que el trabajo de un pintor es igual que el de un compositor, solo que en lugar de usar notas, los pintores utilizan formas y colores para crear composiciones que hacen vibrar el alma del espectador hasta lo más profundo de su ser.
El cuadro permaneció en casa de Gabriele Münter hasta 1926, cuando los examantes ajustaron cuentas. Tras pasar un tiempo almacenado de forma temporal en el museo König-Albert de Zwickau ese mismo año, volvió a aparecer en una fotografía de 1932 hecha en la vivienda de Berlín que Kandinsky tuvo alquilada unos meses.
Más adelante, en 1933, se exhibió en el Salon des Surindépendants de París; posteriormente, en 1937, en la exposición "Orígenes y desarrollo del arte internacional independiente", también en París, y finalmente, en 1939, en el Salón de las Nuevas Realidades, en la galería Charpentier.
Esta composición, que acompañó a Kandinsky durante su exilio en París, se mostró en exposiciones grupales dedicadas a los nuevos avances artísticos que se organizaron en los años 30. En 1976, Nina Kandinsky donó este cuadro al Museo Nacional de Arte Moderno de Francia con motivo de la inauguración del Centre Pompidou en 1977.
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