Manuscrito tradicional indígena. Ídolos del templo de Huitzilopochtli. (1539) de AnónimoArchivo General de la Nación - México
La pictografía fue elaborada por un pintor de origen indígena llamado Mateos, mismo que denunció a Tlaylotlac ante el Santo Oficio de esconder el bulto sagrado de Huitzilopochtli, y quien realizó la pintura para especificar los hechos narrados.
Según las palabras de Mateos, su padre había sido una persona muy cercana al emperador Moctezuma. Y ya en los años de la Conquista habría trasladado y custodiando envoltorios con las esculturas de varios Dioses, los cuales eran llevados a los caciques Oquitzin y Tlilatzin en el territorio de Azcapotzalco para ser ocultados.
Tiempo después, su padre y los dos caciques mencionados perdieron la vida junto a Cuauhtémoc en la expedición lidereada por el conquistador Hernán Cortés en lo que hoy es el territorio de Honduras. Mateos y su hermano fueron informados por un anciano llamado Naueca sobre la ubicación de los envoltorios y los trasladaron hacia la casa de Miguel Tlaylotla para mantenerlos en resguardo, pero después de diez días desaparecieron sin dejar rastro alguno, situación que provocó la denuncia.
Dentro de las representaciones de la pintura se aprecian los bultos sagrados que eran sujetos de idolatría con glosas en lengua náhuatl y español, se aprecian de izquierda a derecha a Huitzilopochtli, Cihuacoatl, Telpochtli, Tlatlauhqui, Tezcatlipoca y Tepehua.
Éste último vinculado con objetos rituales por la cabeza de ave representada de color verde.
El cohuatopilli o bastón de serpiente ondulante que se asociaba a deidades pluviales.
Y una especie de estandarte de plumones.
También se logran observar representaciones de los involucrados en ocultar los bultos con las reliquias. En la parte inferior izquierda aparece Tlatolatl, sacerdote de alto rango del emperador Moctezuma que tenía bajo su resguardo el bulto sagrado de Huitzilopochtli, dios tutelar de los tenochcas, y quien fue el encargado de sacar el bulto de Tenochtitlan y trasladarlo a Azcapotzalco ante la inminente victoria de los españoles sobre la ciudad en 1521.
El tlatoani Oquitzin de Azcapotzalco y Tlilatzin, son representados en la parte superior derecha, pues fueron los encargados de recibir y custodiar los bultos, los cuales después volvieron a manaos de los descendientes de Tlatolatl, por ello se representan con la figura de la palabra como señal de que entablaron un acuerdo acerca de la ocultación.
Los otros dos personajes que se reflejan eran de rango inferior por el tamaño en que están trazas sus cabezas, son identificados como Maçal y Naueca. Éste último era un anciano principal que tenía en custodia las cosas de Tlilantzin y que quedó a cargo de la parcialidad de Azcapotzalco en ausencia de su señor.
Finalmente, a pesar de las torturas recibidas para revelar la información, Miguel Tlaylótlac sólo confesó haber resguardado los bultos sagrados en su casa diez días y sin saber que se trataba de efigies sagradas.
¿Te interesa Visual arts?
Recibe actualizaciones con tu boletín personalizado Culture Weekly
¡Todo listo!
Tu primer boletín de Culture Weekly llegará esta semana.