BIOARTE: las formas de lo vivo

El Premio Itaú Artes Visuales apoya año tras año proyectos en la intersección entre Arte y Tecnología, estableciendo categorías especiales. En 2022 el turno fue para Bioarte, disciplina donde el material viviente es explorado a través de diversas poéticas.

Desde metodologías habituales en el campo de la ciencia, Ana Wingeyer despliega La Vida Interior de las Polillas.

Procesos de transformación  se exhiben a través de  materiales , herramientas y fotografías.

Una secuencia  cromática que da cuenta de un diálogo interespecie por fuera de escalas y jerarquías normalmente planteadas.

Sobre una mesa de luz, se presentan 12 frascos, junto a una carpeta de protocolos y notas experimentales.

Cada frasco reúne diferentes muestras de microorganismos recolectados en zonas del Río Paraná y alrededores.

A través de esta docena de Biogeneradores de Microbestias, Luciana Paoletti explora la posibilidad de nuevas conexiones biológicas en un territorio bajo constante amenaza ambiental.

En una era dominada por materiales y sistemas productivos que impactan negativamente en nuestro medio ambiente , surgen proyectos  alternativos que dan lugar a novedosos biomateriales.

Karina  Guadalupe Salinas trabaja en cooperación con insectos y vegetales. Juntos crean una Arquitectura Textil: un manto concebido desde la amabilidad y la observación paciente.

Los fluidos que forman parte del ciclo femenino  fueron siempre considerados ominosos, pese a formar parte fundamental del pulso de la vida.

Ana Laura Cantera revierte ese prejuicio, creando un tejido de biohilos compuestos por sangre menstrual y algas.

Hacia una nueva configuración de sistemas ideológicos y materiales.

Eggshell surge de la inquietud por trabajar la escultura desde materiales  que no impacten nocivamente en el medioambiente. 

Utilizando como material moldeable una mezcla de cáscara de huevo y almidón, Sheila da forma a una entidad sensual, impoluta y sólida.

La persistencia del presente, de Pablo Logiovine, se compone de varias partes.

 Sobre una mesa, un terrario contiene caracoles  que mastican reproducciones de acuarelas del pintor Fortuny sobre la historia de los uniformes policiales en Argentina.

Sobre la pared, se exhiben algunas láminas parcialmente deterioradas por ese proceso.

A su lado, una tablet reproduce un algoritmo que intenta recuperar en la imagen aquello que los caracoles devoraron.  Una instalación  legible por capas, que habilita preguntas en torno al tiempo y su reversibilidad.

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